La nuca comenzaba a arder junto a mi emoción. Nunca había estado en aquel lugar ni de ese extraño modo. ¿Qué sucedería de continuar caminando? Me preguntaba constantemente, de mil formas lo hacia, algunas tan extrañas que ni siquiera podía vislumbrar su morfología. Sin sintaxis mi mente comenzó a razonar, razonar sobre mi esencia, sobre mi pertenencia a aquel o cualquier otro sitio, y cada ves, poco a poco, como alcanzando la tan preciada armonía, mis pasos me daban la clave para comprender. El keygen de toda mi existencia estaba rompiendo las barreras, me ayudaba a crackear el yo infinito.
Algo dejó de ser.
La
gran
planicie
apareció...
De punto a punto no contenía rectas y entre ellos las curvas fluían haciéndome entender que aquel sinuoso flujo siempre sería el camino mas corto entre ellos
y el sol ya no dolía, el cuerpo fluía y encontraba su ritmo de acción. En mis manos ya no estaban mis dedos, y donde estaban mis dedos ya no era en mis acostumbradas manos. ERAN LAS MANOS DE UN GIGANTE. Lo aferraban todo. Otorgaron apoyo al mundo en el cual me apoyaba con los puños cerrados, tejiéndome como hebra miserable en el maravilloso gran texto. perdíame.
De pronto mi rostro se tornó en un motivo más de la enorme tela.
- M i n u e v o h o g a r - pensé, o algo similar que quiso decir eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario